El jueves 29 de octubre se realizó el descubrimiento de la obra en homenaje a ‘Linares Cardozo’, instalada en la Plaza ‘Barrilete de Sueños’ (Barrio San Miguel). La iniciativa fue de la ‘Agrupación Folklórica Lazos de Amistad’, en el marco del ‘Día de la Chamarrita Entrerriana’ y en el contexto de celebrarse los cien años del nacimiento de Rubén Manuel Martínez Solís.
La obra, realizada por la artesana local Gloria Albornoz, fue colocada en la esquina de Linares Cardozo y Juan L. Ortiz, debajo de la sombra de un árbol timbó. El descubrimiento fue realizado por el intendente Darío Schneider, junto a Hernán Brambilla y Gloria Albornoz (de la Agrupación Folklórica Lazos de Amistad).
En el acto también estuvieron integrantes del grupo promotor de esta iniciativa y del equipo de gobierno del municipio: Omar Molteni (secretario de Gobierno y Ambiente); Carlos Pfeiffer (concejal); Ivana Capellino (subdirectora de Cultura y Juventud) y Oscar Zaragoza (responsable del Área de Producción Artística y Comunitaria).
La escultura tiene grabada dos estrofas de la canción ‘Chamarrita del Adiós’: “Dónde no irá un entrerriano, que no sea bien recibido. Lleva una estrella en la mano, para el cielo de un amigo. // Y ésa nobleza que inflama, el alma en tus bien nacidos. Honra de sangre entrerriana, calor para lo argentino”. (La Agrupación Folklórica Lazos de Amistad en homenaje al maestro Linares Cardozo en el centenario de su natalicio. Crespo, 29 de octubre de 2020).
Linares Cardozo, 1910-2020
Rubén Manuel Martínez Solís, nació en la ciudad de La Paz el 29 de octubre de 1920. Fue un reconocido músico, compositor, poeta, pintor y educador.
Realizó un gran trabajo de preservación de la música entrerriana, fundamentalmente de la chamarrita, además de su propio aporte con creaciones como ‘Canción de cuna costera’, ‘Peoncito de estancia’, ‘Soy entrerriano’, entre muchísimas otras, que han enriquecido el cancionero folclórico de la provincia y del país.
Su nombre artístico, lo tomó de un trabajador rural a quien admiraba desde la niñez, capataz del campo de su tío Manuel.
Amigo personal de Atahualpa Yupanqui, a quien admiraba profundamente y con quien compartieron la pasión por conocer, recopilar y difundir la música folklórica de su región, prácticamente no investigada hasta ese momento.
Destacado acuarelista y escritor, escribió dos libros: ‘El caballo pintado y la paloma’ y ‘Júbilo de esperanza’, ambos con varias reediciones.
Falleció en Paraná, el 16 de febrero de 1996. Sus restos descansan en el cementerio de La Paz, a la sombra de un timbó con vista al río. Lugar elegido por él mismo.